jueves, 8 de marzo de 2012

Los años vacíos regresaron.



Y entonces tengo un trozito de felicidad en mis manos.
¿Quieres arrancármelo?  

¿Me lo volverías a quitar?

Tendría 14 años. Y yo nunca había amado...  Siempre conocía personas que eran intrascendentes, que no me interesaban, que no causaban ningún sentimiento en mí.
Pero entonces...  era un 5 de Abril, de esas veces en que no pides nada, y llega todo, así....llegó.  

Como susurro, como palabras al viento.

Amé.

Como nunca en la vida.
Cada palabra suya me hacía llorar. Cada trozo de su respiración le daba vida a la inercia que llevaba cargando por años.

Y me lo quitaste.

Me lo arrebataste de los brazos. Y no podía comprender, no podía si quiera pensar. 
Ya no quería comer, no quería despertar, no quería abrir los ojos a la realidad. 
No quería nada más.

Pastillas.

Pastillas de felicidad que pretendían dejar de hacerme llorar.
Los síntomas siguieron unos meses, hasta que por fin mis utopías encapsuladas lograron aniquilarlos. Y así, lo olvidé.
Pero siempre viví con aquel vacío.
Cuando recordaba, ya no lloraba, suspiraba.

Me atormentaba.

¿Y si hubiera...?
Si hubiera.....

Los años vacíos regresaron.
Ya no había nadie por quién vivir, por quién despertar. Ya no había nadie mas que yo y el espejo.
Esas obsesiones.
Yo solo anhelaba sentirlo de nuevo.
¿Por qué ya no podía?
¿Por qué me hiciste eso?
Gritaba tantas cosas desde mis silencios. 
Lloraba tantas veces antes de dormir.
Y tu me mirabas sin hacer nada.
Te burlabas.

Mis años monótonos me hicieron aún mas vacía. 
Las emociones disminuyeron y el eco crecía. Sólo podía escuchar mis propias palabras al hablar, no había nadie más.

Ecos de silencio.
Susurros de ausencias.
¿Donde estará?

¿Volverá a pasar?
Siempre llegan momentos falsos que te hacen creer que sí. Que aniquilan tu sufrimiento sólo para hacerlo más grande después.

Tantas veces lo intenté.
Lastimé a quién no debía. Porque no podía soportarlo....
 
El Karma.

Yo misma, lo lastimé y lo envenené, lo llené de engaños. 

Pero es que yo quería amar.

Obsesiones.

Y llega él.

Sin esperar nada.
Llega.

Llega como susurro... como palabras al viento.

¿Me lo vas a quitar otra vez?

No hay necesidad de palabrerías, papá. 

Sólo fíjate en mis sonrisas.

Fíjate en mí.

- EVA.

1 comentario:

  1. Me hiciste sentir algo que sólo pude expresar con una sonrisa al terminar de leer.

    ResponderEliminar