viernes, 27 de abril de 2012

Era una muñeca.



Ayer corrí, intenté huir. 

Pero corrí tan fuerte que yo misma me rompí. Les facilité el trabajo a mis enemigos, y me dejé caer. 
Aquí estoy, soy experimento de laboratorio, conejillo de indias. Me toman entre sus manos aquellos que desean hacerlo, para destruirme. 
Siento su tacto destructivo, como alguna vez sentí las caricias del amor. 

Me han partido en trozos.
En la noche me hablan, me morfitican.. no me dejan dormir...

Era una muñeca... era de papel, hoy solo soy pedazos, pedazos de lo que alguna vez fui.


Eva. (This is my life, I cant scape it...)

Vienen y se van.


Los ruidos de la calle vienen y se van, pasan y desaparecen en la noche... 
Y yo, como siempre, me enfrento a este aparato frío y estéril que llaman computadora.

Bien, es bueno para mi estar lejos de la gente. Siendo mortal temo a la gente, aunque si fuese inmortal, creo, seguiría temiendo. 

Es que no existe sobre la Tierra criatura capaz de igualar al hombre en el arte de hacer el mal. Sin embargo, dentro del despreciable genero humano, encuentro seres excepcionales, capaces de hacer olvidar, aunque sea por un instante, las atrocidades cometidas por la mayoría.

La mayoría, es gente podrida... que es con la que normalmente me topo. Pero ¿Qué decir de mi? que ni yo misma sé quién soy. 

Ni yo misma controlo a mis demonios. Ni yo misma comprendo lo que desea mi enrredada mente.  
Eva, ¿Quién es? Simplemente es.   

Eva, es en lo que se ha transformado Laura... inocente, estúpida, ilusionada, crédula, amiga, enamorada.  O en otros términos, Eva es la que devoró a Laura, la que la cubrió de tierra y de mierda, la que la enterró para después matarla.

Me nombraron Laura. Porque yo no tenía forma, ni personalidad, ni características propias cuando nací. Era un pedazo de carne, que podía moverse y respirar.  
Pero nada más. Nadie sabe lo que somos, y nos tienen que nombrar. 

Nos tienen que nombrar, no por gusto, por deber.

Pero Laura está podrida... se murió. 

La mataron todos. La mataste tú, la mató él.

Eva es la persona que sobrevive en mi. Aunque algunas veces no reconozco ni quién soy. 

Pero los ruidos de la calle, vienen y se van. Como yo, como ellos, como tú, te fuiste también. 
Y es que es increíble lo que el ser humano puede lograr. Me fascina con todo su horrendo ser. Es increíble que pueda destruir con una simple palabra o con una bomba atómica. (que al final resultan ser lo mismo, y resultan ser igual de destructivas)
No disfrutamos nada como el autodestruirnos y comernos los unos a los otros. Pareciera un nuevo deporte. ¡Destrúyela! ¡Destrúyelo! luego escupeles en los ojos y riete de tu gran hazaña.

Pero no todo está así de mal. Existes tú, existen ellos, existe él... 

Aunque sé, que también se irán, pero igual y voy a creer un ratito más. Sólo un ratito más.

EVA.

lunes, 16 de abril de 2012

No puedo recordar.


A veces no puedo recordar cómo es que llegué hasta aquí.

¿En qué momento perdí mi camino?

A veces el camino, tiene tantas flores y distracciones que al mirarlas nos desviamos.
A veces tomamos las manos incorrectas, que nos terminan guiando a un camino perdido.

Ayer, antes de abrir mis ojos, la vida era distinta.
La vida pintaba un tono azul a veces rosa.

Podía ver el día alumbrar nuestra mirada.

Simplemente no puedo recordar cómo es que llegué hasta aquí.

He tomado tantas manos incorrectas, he visto tantas miradas de espejismo, que no puedo recordar el instante en que me desvié.

Y llegué... aquí.

Traje a alguien conmigo, que paga las consecuencias. De creer en los demás, de querer quizá. De deslumbrarse con espejismos, de besar labios rotos.


Traje a alguien conmigo. Que fue tuyo también, que fue nuestro.

Traje a alguien conmigo, que también tomó tu mano, para perderse conmigo.

Si, a veces... simplemente no puedo recordar cómo es que llegamos hasta aquí.


EVA.













Estoy en el cielo esta noche, ahí me puedo quedar a tu lado.

jueves, 5 de abril de 2012

Éste nunca fue mi mundo.

Ese a quién amé, apoyó su cabeza sobre mi hombro.
Rosas rojas caían sobre el suelo,
y el mundo, se puso en pausa.


Mi boca era un pesebre, en dónde crecían mentiras,
yo no sabía lo que era el amor en esos días.
Mi corazón era un reloj de sangre...
Que nunca se cura, que nunca se va...


Quemé TODAS las buenas cosas...
éramos muy tontos como para correr, muy muertos como para morir.


Le hubiera dicho que era la única persona que
hubiera podido amar en este mundo, moribundo.
Pero la simple palabra "amor"
ya había muerto y se había ido.

Éste nunca fue mi mundo,
tú te llevaste mi ángel.

Quemé TODAS las buenas cosas...
éramos muy tontos como para correr, muy muertos como para morir.

Manzana de la discordia.

Mi corazón se fue,

no lo manejaron con cuidado,
está roto y sangrando...
y jamás lo podremos reparar.

(Brian Warner)





- Eva.

jueves, 8 de marzo de 2012

Siempre evito las miradas.


Me levante, me pasé lentamente la pastilla con café.
Siempre espero que haga efecto, siempre anhelo la risa y felicidad.
Me arreglé, pero ésta vez decidí no alaciarme el cabello. Algunas veces me aburro de lucir siempre igual.
Más tarde decidí que hoy no me iba a delinear tanto los ojos.
Me sentí exactamente igual que si me hubiera delineado y alaciado.
Llegué a la escuela con cierta calma. Hacía mucho tiempo que no llegaba con esa tranquilidad, recuerdo que no pasaba un día sin que mi madre me recordara, por las mañanas, el fracaso de ser humano que soy.
Pero hoy fue diferente.

No tuve la necesidad de tener mis audífonos para evitar escuchar las blasfemias.
Entré.
Tenía mucho que contar.
Es raro el día que nazcan tantas palabras de mí.
Pero yo les decía, les contaba, les platicaba.
Comí muchos dulces, como en un día cualquiera.
Me gusta comer crack ups, sólo los de color rosita.
No me dormí en clase.  Y al fin trabajé en inglés.
Noté cómo me miraba Diego, cada vez mas profundo. Sé que le gusto, pero no me importa en realidad.

No tomé apuntes. Desde que regresé a la escuela después de mi operación no he tomado ni un sólo apunte. 
Quizá el locker resulte contraproducente, siempre da flojera ir a sacar los libros, pues tengo que bajar un piso y recorrer un gran pasillo; además siempre me distraigo yendo al baño de junto de los lockers a fumar a escondidas y suelo llegar tarde. Así que el locker, donde también guardo cuadernos y cosas de Mariana, Mónica, Luis, Giovanna y Karina permaneció intacto.
Ese locker también les hace daño a ellos... nunca escribimos nada. Suelo hacerles daño a todos.
Sólo llevamos el mismo cuaderno en la mochila todos los días.
Reprobé mi examen de matemáticas. Porque no he puesto atención.
No sabía ni que tema estábamos viendo, así que obtuve un mediocre 4.
Pensando después no me sentí tan mal por el 4, pues después de no saber ni que tema estábamos viendo, un 4 estaba bien.
Luis me perdió mi pulsera de arcoiris y me enojé.
Luis tiene esa costumbre de agarrar las pulseras de todos, ponérselas y después perderlas.
Como siempre, me costó trabajo acercarme a Mariana. Nunca he entendido porqué me pasa esto, pero nuestras miradas siempre se evitan.
No es que no sea de mi agrado, ni que yo no sea del suyo, es algo más. 
No lo sé. Ella me dice que me quiere mucho y yo a ella también. Es buena amiga.
Es una niña demasiado buena.
Comí de la Sopa Maruchan que diario se compra Giovanna y siempre, con cada cucharada me pongo a pensar en lo que alguien alguna vez me dijo: "La sopa Maruchan tarda tres días en digerirse".
Siempre compramos Sopa Maruchan. De res de preferencia.
En Cultura en Inglés, toda la vida… me aburro mucho. Toca los lunes a última hora.
Como yo soy de Inglés avanzado me toca sólo con 6 personas más de mi salón. 
Estamos todos como ausentes en un salón casi vacío con una maestra que tiene severos problemas de personalidad y autoestima. Habla tan quedito, casi como en forma de susurro, le da miedo hablar, le da miedo que la escuchen.
Le da miedo ser.
Evita siempre las miradas.
Habla, como si hablase para sí misma.
Es guapa, muy guapa.
Pero no se cuida, y se dejó engordar. Suele agarrarse solamente una cola de caballo, y ponerse lo primero que ve en su armario. Seguro un hombre la defraudó.
Siempre me he puesto a pensar en lo hermosa que se vería si se cuidara, si se quisiera un poco y si se arreglara.
Como todos los días me comí mi Carlos V.
Y me dolió la panza.
Es que simplemente no puedo vivir sin comer al menos un chocolate diario. Pero ahora que no tengo vesícula resulta algo difícil.
Me cuesta mucho digerir las grasas, y cuando como de más me duele mucho y suelo vomitar.
No sé si sea él o el Prozac, pero en la salida no paraba de reír y platicar.
Nunca había platicado y reído tanto, o al menos no desde hacía muchos meses.
Luis Fernando, dijo que hoy le pediría a Giovanna que fueran novios. Así que decidimos quedarnos de chismosos. Pero Luis Fernando, jamás se animó, se fue y nunca regresó.
Espero que mañana se lo pida.
Se merecen.
Se ven tan bien juntos.
Algunas veces me gusta tener días triviales de una niña de 18 años.

Tenía tanto tiempo que no escribía algo así.
...dejarse llevar y vivir los momentos.
Los momentos triviales, los momentos especiales, los momentos soñados, los momentos increíbles, los momentos.... que conforman nuestra vida.
Esos momentos, que siempre dejamos pasar.
Como si nada de eso fuera importante.

-EVA

Los años vacíos regresaron.



Y entonces tengo un trozito de felicidad en mis manos.
¿Quieres arrancármelo?  

¿Me lo volverías a quitar?

Tendría 14 años. Y yo nunca había amado...  Siempre conocía personas que eran intrascendentes, que no me interesaban, que no causaban ningún sentimiento en mí.
Pero entonces...  era un 5 de Abril, de esas veces en que no pides nada, y llega todo, así....llegó.  

Como susurro, como palabras al viento.

Amé.

Como nunca en la vida.
Cada palabra suya me hacía llorar. Cada trozo de su respiración le daba vida a la inercia que llevaba cargando por años.

Y me lo quitaste.

Me lo arrebataste de los brazos. Y no podía comprender, no podía si quiera pensar. 
Ya no quería comer, no quería despertar, no quería abrir los ojos a la realidad. 
No quería nada más.

Pastillas.

Pastillas de felicidad que pretendían dejar de hacerme llorar.
Los síntomas siguieron unos meses, hasta que por fin mis utopías encapsuladas lograron aniquilarlos. Y así, lo olvidé.
Pero siempre viví con aquel vacío.
Cuando recordaba, ya no lloraba, suspiraba.

Me atormentaba.

¿Y si hubiera...?
Si hubiera.....

Los años vacíos regresaron.
Ya no había nadie por quién vivir, por quién despertar. Ya no había nadie mas que yo y el espejo.
Esas obsesiones.
Yo solo anhelaba sentirlo de nuevo.
¿Por qué ya no podía?
¿Por qué me hiciste eso?
Gritaba tantas cosas desde mis silencios. 
Lloraba tantas veces antes de dormir.
Y tu me mirabas sin hacer nada.
Te burlabas.

Mis años monótonos me hicieron aún mas vacía. 
Las emociones disminuyeron y el eco crecía. Sólo podía escuchar mis propias palabras al hablar, no había nadie más.

Ecos de silencio.
Susurros de ausencias.
¿Donde estará?

¿Volverá a pasar?
Siempre llegan momentos falsos que te hacen creer que sí. Que aniquilan tu sufrimiento sólo para hacerlo más grande después.

Tantas veces lo intenté.
Lastimé a quién no debía. Porque no podía soportarlo....
 
El Karma.

Yo misma, lo lastimé y lo envenené, lo llené de engaños. 

Pero es que yo quería amar.

Obsesiones.

Y llega él.

Sin esperar nada.
Llega.

Llega como susurro... como palabras al viento.

¿Me lo vas a quitar otra vez?

No hay necesidad de palabrerías, papá. 

Sólo fíjate en mis sonrisas.

Fíjate en mí.

- EVA.

jueves, 9 de febrero de 2012

Suelo contarte mi vida.


Suelo contarte mi vida... 
con el silencio seguro de un pasado, suelo susurrarte cuando te has dormido, y nada detiene tus sueños en mis manos.
Porque en cada palabra, se asombra mi mirada, y pierde equilibrio tu cuerpo en mis sitios. 
De todo te asombras, y me dejas con hadas, con rosas suspiros que matan olvidos.

Suelo beber, de tus palabras, porque eres poesía, sin ruidos ni alertas, cayendo despacio en palabras perfectas, sabiéndote mío, soñando despierta.

Yo voy trayéndote mis huellas perforadas, esas que el destino puso en tus desiertos, te hablo a los oídos, y estalla la mirada... de ese amor que vive y respira desde el alma.

Tú. Debes de ser tan hecho a mi medida.
Entre signos de susurros asombrosos, me devuelves de a poco, la vida, y en cada voz ausente tuya, me devora el vacío, el inmenso juego de las horas en tu ausencia.

Bastaría un segundo de mirar tu consecuencia, reflejando mis labios, observándome en mi cinismo, que el quererte en tus ausencias, en esas soledades donde nada me contiene, supondría la llegada de tus labios que detienen mi locura de regalarte mis días, mis meses, la vida.

¿Y qué gano y qué pierdo? …¿Qué someto al regalarte el caudal de mis años y la existencia de mis palabras?...
Tal vez el pensarte… hace que te diga mis razones de entregarme a ti, hasta mi muerte. Y si te extraño porque te sé... sin el temor a equivocarme, lo digo, estoy contigo.

Te busco en mi piel.
Estoy tan en tu piel.
Seguro que estás... atado a mis sueños.

Amor como el tuyo, es cielo e instante.

¿Sentiste alguna vez que el mundo se te caía y pesaban tus oídos, los coros de música que llora con notas?.
¿Que esperabas algo sin saber qué era? 
¿Cómo es que no te puedo conocer?…
Cuando supe de ti sin siquiera verte.

Y a tanta angustia llegaste a mi vida...
Son pocas palabras... y tú, melodía...

Suelo extrañarte, y descubrí que no me da el tiempo para extrañarte demasiado... para sentir las cosquillas que me causan los recuerdos de nuestros días, cuando a nadie te pareces y curas mis heridas sin verlas siquiera.

Estoy aquí, y estaré el tiempo por si acaso necesites de mis labios para besar.

Me enamoré de ti al probar tu aliento, al saber real un lejano sueño. Me enamoré de ti y eso ya vale de por vida, aunque la muerte alcance mi vida, en cada lugar de tus ojos y aún todavía en mis besos, te dirán todo esto, lo que te quede por estar conmigo...